LinoHilo de oro tejido por los vientos de Flandes
Sembrado al primer soplo de la primavera, en marzo o abril, el lino despierta en mayo en un suave despliegue verde. Luego llega junio, un mes mágico en el que los campos arden con miles de flores azul cielo, efímeras y delicadas, que duran apenas quince días antes de dar paso a pequeñas cápsulas que contienen las semillas. El verano continúa la historia: arrancar, enriar, escardar… tantas etapas que revelan poco a poco la preciosa fibra de la flor de lino.
En Terre de Flandre, déjese llevar por la belleza de esta flor discreta y luminosa. Recorra la Ruta del Lino, pasee por los campos cuyos colores bailan del verde suave al amarillo dorado, pasando por ese azul único que hace latir más fuerte el corazón de nuestra región.
Al elegir productos locales, éticos y de calidad, estará apoyando un sector que nació aquí, en estas tierras orgullosas y generosas.
