Sumérjase en la cautivadora historia de Terre de Flandre explorando sus emblemáticos monumentos, testigos de un rico pasado flamenco.
Dominando la ciudad con sus melodiosas campanadas, el Campanario de Bergues, Patrimonio Mundial de la UNESCO, encarna el orgullo y la tradición de las ciudades del Norte.
No lejos de allí, el castillo de Esquelbecq, joya del Renacimiento flamenco rodeada de un foso y jardines formales, invita a un viaje en el tiempo, entre elegancia y autenticidad.
A continuación, pasee por las murallas de Bergues, impresionantes vestigios de las fortificaciones diseñadas por Vauban, y déjese llevar por el ambiente apacible de esta ciudad fortificada.
Por último, descubra el silencio y la serenidad en dos lugares impregnados de espiritualidad:la abadía de Watten, encaramada en una colina, yla abadía de Saint-Winoc, en Bergues, que domina la ciudad y conserva las huellas de una intensa vida monástica.
Entre naturaleza e historia, sumérjase en un patrimonio excepcional de visita obligada.