En plena naturalezaUna joya de Flandes
Con su arquitectura típicamente flamenca y sus apasionantes jardines, el castillo, construido hacia 1606 sobre las ruinas de una antigua fortaleza medieval, ha sido testigo de numerosos acontecimientos históricos.
El castillo de Esquelbecq presenta una silueta armoniosa: sus ladrillos rojos, sus tejados a dos aguas y sus fosos forman un conjunto pintoresco y bien conservado. El edificio principal, en forma de U, se abre a un elegante patio interior, rodeado de dependencias y de un cuidado parque.
El parque, de unas 7 hectáreas, ha sido restaurado en profundidad. Incluye un jardín formal, una huerta histórica, un huerto y un laberinto vegetal inspirado en modelos del siglo XVII.
Es un lugar tranquilo para pasear, relajarse y descubrir la flora local.
